jueves, 13 de septiembre de 2007

Resurrección

La vida va poniendo un millón de obstáculos en nuestro camino. Y eso, lejos de derrotarnos, nos va haciendo más fuertes a cada paso.
No es mi intención ponerme en el papel de “vamos, adelante, no hay que caer!!”, seria bastante hipócrita, pues yo aun estoy en el suelo, llorando una caída. Sin embargo no me rindo, creo haber encontrado la salida de este túnel. Creo haber sentido el fin del pozo. Duele, definitivamente duele. Pero, bueno…es algo que estoy tratando de soportar. A veces sintiendo que no puedo más y queriendo dejar todo, y dejarme morir…Pero siempre aparece una buena razón para no hacerlo, una buena razón para seguir adelante y no darme por vencida.

Nunca me había dado cuenta de ciertas cosas. Siempre tan ocupada en fijarme de la mitad vacía del vaso, y nunca me fije en la mitad llena. Que increíble es la sensación de tener a mis amigos a la par, de tener a mi familia a la par. De tener siempre a alguien que me pone el hombro para llorar. Y sentir que puedo ser el hombro en el que alguien llora es una increíble sensación también. Sentirme útil, valorada, necesitada…querida.

La mitad vacía es un amor no correspondido, que por momentos me oscurece la mirada y me destruye el corazón, y que me obliga a llorar y a condenar a Dios y a la vida por mi desgracia.

La mitad llena, me muestra la vida de otra manera, me hace soñar y creer y crecer. Me hace sonreír con esta sonrisota que mis amigos dicen que tengo. Me hace dar ganas de seguir y de olvidar. Y lo mas irónico es que a ese amor no correspondido también lo encuentro en la mitad llena. Porque no tan solo es un desamor y una desesperación. Una tristeza. Sino que es un millón de increíbles momentos vividos a su lado. Y quizás ya no extrañe a la persona, quizás lo que extraño son los momentos, y tal vez a las rosas mas altas que mis rodillas.

Tal vez es más común de lo que pienso. Mucha gente se siente caer y se siente morir…Hoy, yo, me siento resucitar…

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